Publicado en Diálogo Político el 6 de noviembre del 2025

Para nadie es un secreto que las relaciones entre Estados Unidos y América Latina atraviesan un momento de tensión. La imposición de aranceles a varios países de la región —incluidos Brasil y México, dos de las economías más grandes—, junto con la reciente decisión de ejecutar ataques contra embarcaciones que, según Washington, transportaban drogas hacia su territorio en el mar Caribe y el Pacífico, han contribuido a un escenario complejo. En medio de esta coyuntura, el gobierno de Donald Trump ha incorporado una nueva herramienta a su arsenal geoeconómico para presionar a gobiernos y líderes políticos latinoamericanos: la revocatoria de visas.

Desde su llegada al poder, la administración Trump no ha dudado en utilizar su poder geoconómico para sancionar a países o dirigentes que se opongan a su visión internacional. Incluso si se trata de aliados tradicionales del gigante norteamericano.

Geoeconomía

Para comprender cómo las visas se han convertido en una herramienta geoeconómica, es necesario entender primero este concepto. Fue desarrollado por Jennifer Harris y Robert Blackwill en su libro War by Other Means: Geoeconomics and Statecraft. Según los autores, la geoeconomía consiste en el uso de instrumentos económicos por parte de un Estado para defender y promover sus intereses nacionales.

Las herramientas tradicionales incluyen barreras al comercio internacional, sanciones económicas o la suspensión de ayudas y préstamos internacionales, utilizadas para presionar o recompensar a otros Estados según su comportamiento político o estratégico.

En los últimos años, sin embargo, ha surgido una nueva herramienta: la revocatoria de visas a líderes políticos cuyas acciones se perciben como contrarias a los intereses de Estados Unidos. Aunque esta medida tiene una connotación política evidente, también conlleva importantes efectos económicos.

Impacto geoeconómico de la revocatoria de la visa

EEUU alberga la sede de instituciones clave para la economía global, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Financiera Internacional. Estas entidades son fundamentales para el desarrollo de los países latinoamericanos, ya que otorgan financiación a proyectos y respaldan la operación gubernamental.

Además, las principales calificadoras de riesgo internacional y los inversionistas más influyentes también se encuentran en territorio estadounidense. A esto se suma la presencia de organismos multilaterales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y las Naciones Unidas, incluyendo su Consejo de Seguridad.

Por tanto, la revocatoria de una visa a un presidente, ministro o legislador latinoamericano limita su capacidad de representación diplomática. Y también afecta la posibilidad de acceder a mercados financieros internacionales y atraer inversión extranjera. En consecuencia, esta medida tiene implicaciones geoeconómicas profundas.

La revocatoria de visa en América Latina

Washington no dudó al retirar visas a líderes políticos y judiciales considerados contrarios a los intereses políticos o de seguridad nacional.

En Costa Rica, el 2 de abril de 2025, el gobierno estadounidense revocó la visa al expresidente Óscar Arias. De acuerdo con reportes, la decisión podría estar relacionada con su oposición a las políticas del actual presidente Rodrigo Chaves respecto a la exclusión de compañías chinas en el desarrollo de la tecnología 5G. También, por el acercamiento diplomático que Arias promovió con China en 2007 durante su mandato.

Semanas antes, el 20 de febrero de 2025, EEUU había revocado las visas de las legisladoras Cynthia Córdoba y Johana Obando. Ambas fueron críticas del decreto de Chaves que restringe la participación en proyectos 5G a empresas de países miembros de la Convención de Budapest, de la cual China no forma parte.

En Brasil, la medida afectó a altos funcionarios judiciales como Jorge Messias (procurador general), José Levi (exprocurador general), Benedito Gonçalves (exmagistrado del Tribunal Electoral), Airton Vieira (juez auxiliar de la Corte Suprema), Marco Antonio Martin Vargas y Rafael Henrique Janela Tamai Rocha.

Desde Washington, se argumentó que sus actuaciones formaban parte de una “cacería de brujas” contra el expresidente Jair Bolsonaro. El juez Alexandre de Moraes, quien presidió el caso, también fue sancionado junto con su esposa.

Aunque estas decisiones no implican sanciones económicas directas, evidencian que la revocatoria de visas se consolida como un nuevo instrumento de presión política.

En Colombia, las repercusiones fueron más amplias. Durante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, el presidente Gustavo Petro participó en una marcha contra Benjamín Netanyahu y la guerra en Gaza. Aunque su participación se ampara en la libertad de expresión, su llamado público a que soldados estadounidenses desobedecieran órdenes del presidente Trump generó una respuesta inmediata del Departamento de Estado: la revocatoria de su visa.

En solidaridad, el ministro de Hacienda y la canciller renunciaron a las suyas. Esto limita su capacidad de gestión diplomática y financiera en un momento crítico para la economía colombiana. Posteriormente, el gobierno estadounidense amplió la medida a otros funcionarios, entre ellos Edwin Palma (ministro de Energía) y Juan Carlos Florián (ministro de Igualdad).

¿Quién llena el vacío?

Desde su regreso a la presidencia, Donald Trump ha intensificado el uso de la geoeconomía como herramienta de poder, combinando sanciones tradicionales con tácticas más sutiles pero igualmente efectivas, como la revocatoria de visas.

Esta nueva estrategia puede aislar a los países latinoamericanos del acceso a mercados e instituciones financieras internacionales. Los empuja a buscar alternativas en organismos como el Banco Asiático de Desarrollo o el Banco de los BRICS, liderado por China. Esto podría alterar el equilibrio geopolítico regional.

En definitiva, las visas han dejado de ser simples documentos migratorios. Se convirtieron en un arma geoeconómica de primer orden. Solo el tiempo dirá si esta estrategia logrará los objetivos que busca Washington. Lo cierto es que ha inaugurado una nueva etapa en las relaciones entre EEUU y América Latina.

MARIO CARVAJAL CABAL

Ayudante de Investigación en Colombia Risk Analysis

Twitter: @Mariocarvajal9C

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