Petro y Trump: un choque desde la asimetría
Publicado en los Blogs de El Tiempo el 31 de octubre del 2025
En las últimas semanas, el presidente Trump y el presidente Petro, ambos líderes populistas por excelencia, han intercambiado insultos y declaraciones en X y ante medios de comunicación. El líder estadounidense ha afirmado que Petro es un “matón y mal tipo” y lo ha acusado de ser líder narcotraficante. Además, el presidente Trump no solo descertificó al gobierno Petro en su lucha contra las drogas, sino que recientemente añadió al primer mandatario, a la primera dama Verónica Alcocer, a su hijo Nicolás Petro y al ministro del Interior, y uno de sus más fuertes aliados, Armando Benedetti, en la lista Clinton.
Por su parte, el presidente Petro ha acusado a Trump de ser un bully y, en un discurso en Nueva York, les pidió a los militares estadounidenses desobedecer las ordenes de su comandante en jefe. Adicionalmente, en una entrevista reciente con el periodista Daniel Coronell, el presidente Petro afirmó que se podría cambiar la manera de pensar de Trump de diversas maneras, una siendo por el mismo presidente y si no “sacan a Trump”, una declaración que no fue bien recibida en Washington.
Que estos dos líderes busquen pelearse no es nuevo. Ambos son líderes populistas que ven en el otro un blanco fácil para provocar y para mover a sus bases. Para Petro, Trump representa un líder imperialista, permitiéndole presentarse como un líder antisistema que busca la dignidad de los pueblos de América Latina. Además, su pelea con el primer mandatario estadounidense le permite sonar en los medios internacionales, lo cual le favorece en su anhelo de convertirse en un líder global memorable cuyas palabras, según el, trascienden.
Por otro lado, para Trump, el presidente Petro es un líder de izquierda latinoamericana irrelevante, con cercanía ideológica evidente con Nicolás Maduro, lo cual utiliza para movilizar a las bases electorales latinas que serán fundamentales para las elecciones de medio período del próximo año. Además, para Trump, Petro es un líder de un país que puede sancionar económicamente, sin mayor repercusión para Washington, haciéndolo un blanco perfecto para mostrarse como líder que no le temblará la mano. Sin embargo, es justamente esta asimetría la que el presidente Petro ignora, de manera consciente o no, y la que representa un riesgo real para los colombianos, quienes son las verdaderas víctimas de este enfrentamiento.
Según datos del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en 2024 las exportaciones de Colombia a Estados Unidos alcanzaron los USD$14,336 millones, representando el 28.9% del total de las exportaciones del país a nivel mundial, ubicándolo como el principal socio comercial para el país. Por su parte, según datos de UN Comtrade, Colombia representa 0.89% de las exportaciones de Estados Unidos, un nivel similar al de Irlanda, Tailandia, Chile y Turquía y que podrían ser reemplazadas sin mayor impacto a su economía.
Aunado a esto, Estados Unidos le dio a Colombia USD$743.1 millones de ayuda en el año fiscal 2023, USD$505.7 millones en el año fiscal 2024 y le había dado USD$210.1 millones en el 2025. Estos recursos son utilizados por el país para temas como la atención de migrantes venezolanos, la reducción del conflicto armado mediante el Plan Colombia, la erradicación de cultivos ilícitos, entre otros temas fundamentales para el desarrollo del país. En otras palabras, Washington no solo es un aliado estratégico en el plano comercial para Colombia, sino también para el fortalecimiento de la democracia y sus instituciones y para el desarrollo económico y social a lo largo y ancho del país.
De esta manera, lo que busca Petro al pelear con Trump no es solo nutrir su ego sino también ubicarse como un líder global antiimperialista que pelea por la dignidad de los pueblos de América Latina, mientras también agita a su electorado con miras en las elecciones presidenciales y legislativas del 2026. La realidad objetiva es otra. Petro no solo no es un líder internacional, sino que es un presidente que ha sido descertificado en su lucha contra las drogas, sin visa estadounidense y, a partir del viernes 24 de octubre, miembro de la lista Clinton. Además, la pelea con Estados Unidos, un socio estratégico para Colombia podría tener efectos devastadores para millones de trabajadores y empresas que buscan exportar sus productos a este país.
Ahora, es importante destacar que, al pelear con Trump, Petro está logrando convertirse en un “líder memorable”, pues su irresponsabilidad diplomática será un ejemplo claro de cómo no manejar la política internacional del país. Sin embargo, como dice el viejo refrán, esta es una pelea de tigre con burro amarrado y Petro, sin lugar a duda, está ubicándose como el segundo, así el piense que es el primero.
MARIO CARVAJAL CABAL
Ayudante de Investigación en Colombia Risk Analysis